Bolívar sumó ayer su segundo triunfo del campeonato que llegó agónicamente, con el último ...
Bolívar sumó ayer su segundo triunfo del campeonato que llegó agónicamente, con el último suspiro del partido. La Academia venció 3-2 a Real Potosí, en la quinta fecha del Apertura. Los potosinos fueron los rivales más accesibles que tuvieron los académicos en la era que comanda el técnico Eduardo Villegas, pero en la cancha los jugadores se complican solos y continúan cometiendo los mismos errores que en los anteriores encuentros.
Cuando mencionamos que Real era un rival accesible, no exageramos. Los lilas presentan en este torneo una plantilla inexperto, que da muchas licencias y así los aprovechó Bolívar. Pero el error del cuadro local fue conformarse con la ventaja de dos tantos que consiguió en los primeros 12 minutos y cuando podía pensar en la primera goleada del proceso, volvieron los fantasmas.
El primer gol llegó a los cinco minutos, con un centro preciso del español José Luis Capdevila, que el uruguayo William Ferreira definió de primera con un soberbio cabezazo.
Arrascaita y Cardozo jugaban a placer por las bandas, el tarijeño se lució en una jugada por la izquierda y envió otro centro para que el ecuatoriano Carlos Tenorio remate con la cabeza solo y decrete el segundo de la soleada mañana, sobre los 12 minutos.
Hasta ahí, Bolívar fue arrollador y toda su afición esperaba un festival de goles, razones había para creer que eso iba a llegar, pero sucedió todo lo contrario. La Academia es una atacando, pero es otra defendiendo. Real, con poco le complicó la vida a la frágil defensa celeste: atacó cuatro veces y concretó dos goles.
A los 15, en un tiro de esquina, la última línea se quedó parada y Rodrigo Ávila descontó en el marcador. Los celestes habían vuelto a caer en un juego improductivo, sin la dinámica de los primeros minutos.
Arrascaita falló dos goles cantados y el balde de agua fría llegó a los 40'. Tenorio cometió falta sobre Gilbert Álvarez, el juez Orosco decretó la falta y el golero Henry Lapczick se encargó de cobrar la pena máxima y el empate respectivo, silenciando al Siles.
Antes de que concluya la primera parte, Luis Garnica cometió una falta infantil sobre Cardozo y dejó a Real Potosí con 10 hombres.
El complemento fue un monólogo: Bolívar atacando y los potosinos defendiendo; pero ese ataque celeste fue intrascendente, muy repetitivo y sin ninguna sorpresa.
Los centrales de Real se cansaron de despejar la cantidad de centros que lanzaron sus rivales y Henry Lapzick pasó a ser una de las figuras.
Pese a tener un hombre más, no se notó la diferencia numérica en el terreno de juego ya que la visita amontonó a todos sus jugadores en su campo, hecho que dificultó el juego de los bolivaristas.
El partido apuntaba a una igualdad, la hinchada comenzaba a silbar a Bolívar y a pedir la salida de Eduardo Villegas, hasta que llegó el remate salvador de Juan Miguel Callejón. El grito fue interminable, pero a sabiendas que Bolívar no juega bien, tiene muchas cosas que corregir para pelear el tri, que por el momento está lejano.